Para poder ofrecer una sesión fotográfica de comunión original y creativa a los padres en la que puedan llevarse un reportaje completo, variado y emotivo hay que ponerse manos a la obra y elaborar y ambientar escenas que acaben ofreciendo un resultado final evocador, cálido y atractivo.
Ponerse en la piel de los niños y entender que varias horas de sesión fotográfica pueden resultar agotadoras para ellos es importante, ya que la idea es tratar de hacer sentir a los niños especiales y sacar de ellos expresiones y emociones que completen un álbum de comunión increíble. Para conseguir esto hay que jugar con ellos, hacerles partícipes de todo lo que les está rodeando en esos momentos, dialogar y empatizar, de esta manera conseguiremos ganarnos su cercanía y sacar de ellos momentos que de otra manera hubiera sido imposible que nos regalasen.
Visualizar y organizar todo esto en su conjunto antes de la sesión conlleva un gran esfuerzo que al final hace que los resultados merezcan la pena. Buscar ideas, atrezo, materiales, fondos, iluminaciones, poses, estilos de edición de las fotografías, de maquetación del álbum…, todos son ingredientes que en su justa proporción hacen brillar al niño o niña en ese día, eso es lo que pretendemos en cada sesión de comunión que hacemos y eso es lo que conseguimos en el reportaje de comunión de Paula, una niña encantadora, alegre y muy muy muy divertida a la que tuvimos la suerte de conseguir sacar todo su encanto y mostrarlo en fotografías.
Realizamos la sesión de estudio en Alovera y la sesión de exterior en los campos de lavanda de Brihuega un fantástico lugar que en los meses de verano y en plena floración de la lavanda es un auténtico espectáculo de colores que ofrecen infinitas posibilidades para pasar el día y para completar un reportaje de comunión único.