Hay familias que tienen la capacidad de envolverte con su cercanía y con ellas las horas se suceden de una manera divertida y placentera, sin prácticamente ser consciente de que estés haciendo una sesión fotográfica, sino simplemente pasando una increíble tarde en fantástica compañía. Eso nos pasó con Leire y su familia los días que hicimos su reportaje de comunión.
En otra ocasión habíamos disfrutado de un gran día de campo con ellos, tuvimos el placer de conocerlos el día que hicimos con anterioridad el reportaje de comunión en Alovera y en Guadalajara de su hermana Ainara.
Se pusieron en contacto con nosotros de nuevo para realizar en esta ocasión las fotografías para el álbum de Leire, y como la vez anterior, decidieron hacer la sesión en dos partes, una en el estudio fotográfico en Alovera, en la que hicimos fotografías de Leire con el vestido de comunión y otra en una localización en exterior en la que ya solo vestiría con otro vestuario diferente.
Las magníficas tardes de la anterior ocasión se volvieron a repetir, pero esta vez la sesión de exterior fue en un lugar diferente. Leire se lo paso en grande, tanto en el estudio como fuera de él, nos ayudó a hacerlo todo más sencillo, con muchísima disposición y con ganas de participar y de disfrutar. ¡Todo un encanto de niña!
Tener una serie de localizaciones donde poder ser capaces de hacer una sesión de comunión original con escenarios, encuadres y rincones diversos en ocasiones resulta algo difícil de encontrar, por eso es fundamental hacer una labor de búsqueda en el transcurso de la temporada de estos entornos. Uno de los lugares que podía reunir estas características sin tenernos que alejar en exceso de Guadalajara era la Laguna del Campillo, en Rivas Vaciamadrid, allí hicimos el reportaje.